Después de más de una década y media de trabajo en pro de una web más accesible, segura y abierta, la World Wide Web Foundation, fundada por Tim Berners-Lee y Rosemary Leith en 2009, ha anunciado que cerrará sus puertas al final de este mes de septiembre de 2024. Este cierre marca el final de una era para una organización que ha jugado un papel crucial en la expansión de Internet a nivel global, pasando de un 20% de la población conectada en 2009 a casi el 70% en la actualidad.
Un legado de acceso y equidad en la web
Desde su creación, la World Wide Web Foundation ha sido pionera en impulsar iniciativas que fomentan el acceso universal a Internet y la protección de los derechos digitales de los usuarios. A lo largo de los años, la fundación ha influido en políticas globales, realizado investigaciones clave y lanzado herramientas innovadoras que han cambiado la forma en que se entiende y utiliza la web.

Sin embargo, tal como explican los fundadores en su comunicado de cierre, las circunstancias han cambiado. En un contexto donde un número considerable de organizaciones ya abogan por la apertura y seguridad en la web, la fundación ha decidido que su misión inicial ha sido cumplida en gran medida. “Los problemas que enfrenta la web han cambiado”, reconocen en su comunicado. Y es por ello que han decidido dar un paso atrás.
La creciente amenaza de la mercantilización de los datos
Entre los desafíos más significativos que mencionan Berners-Lee y Leith está la mercantilización de los datos de los usuarios, una tendencia que se ha consolidado con el auge de las redes sociales y las grandes plataformas tecnológicas. El modelo de negocio centrado en la explotación de los datos personales es diametralmente opuesto a la visión original que Berners-Lee tenía para la web, que debía ser un espacio descentralizado, seguro y con el control de los datos en manos de los individuos.
Este cambio en el panorama de Internet ha llevado a la Fundación a replantearse su rol en la actualidad. La conclusión a la que han llegado es que el foco debe estar ahora en sistemas descentralizados que devuelvan a las personas el control sobre sus propios datos.
Solid: el futuro de la web según Berners-Lee
En línea con esta visión, Tim Berners-Lee concentrará sus esfuerzos en el desarrollo de Solid, un proyecto de código abierto que tiene como objetivo descentralizar la web. Solid promete devolver el poder de los datos a los individuos mediante la creación de Pods (Personal Online Data Store), que permiten a las personas almacenar su información de forma privada y segura, sin que esté en manos de grandes plataformas.
El funcionamiento de Solid es simple pero revolucionario: cada vez que una empresa o aplicación desee acceder a los datos de un usuario, deberá solicitar permiso para acceder al Pod personal de dicho usuario, donde se almacenan desde fotos hasta información bancaria, todo gestionado por el propio individuo y no por terceros.
El cierre de la Fundación y el futuro de la web
Aunque la World Wide Web Foundation cerrará sus puertas, su legado continúa. A través de Solid y otras iniciativas descentralizadas, Berners-Lee está impulsando una nueva fase en la evolución de la web, una que busca corregir los desvíos que la web ha tomado en los últimos años hacia la concentración de poder en unas pocas manos.
El desarrollo de Solid se lleva a cabo desde Inrupt, una startup que ya ofrece a las compañías interesadas la infraestructura necesaria para implementar este protocolo. Solid no solo apunta a proteger la privacidad de los usuarios, sino también a garantizar que la web se mantenga como un espacio libre y abierto.
En conclusión, el cierre de la World Wide Web Foundation no marca un fin, sino el comienzo de una nueva etapa en la batalla por una web más justa, en la que los datos personales no sean una mercancía y donde las personas recuperen el control sobre su información.