TSMC, la gigante taiwanesa de la fabricación de semiconductores, ha anunciado una política inesperada en respuesta a las crecientes tensiones geopolíticas y a la presión para diversificar su producción fuera de Taiwán. Mientras la amenaza de una escalada militar con China se intensifica, con informes sobre entrenamientos de soldados chinos en réplicas de ubicaciones estratégicas taiwanesas, TSMC ha decidido capitalizar la producción internacional de chips imponiendo una «prima» a los gobiernos interesados en albergar sus operaciones.
Históricamente, TSMC había mantenido una postura firme sobre concentrar su producción de chips de vanguardia en Taiwán. Sin embargo, la necesidad de garantizar la seguridad y continuidad en un clima de incertidumbre global ha llevado a la empresa a reconsiderar esta estrategia. Según declaraciones del CEO de TSMC, CC Wei, los gobiernos que deseen que la compañía establezca instalaciones de fabricación en sus territorios no solo deberán facilitar las subvenciones necesarias para la construcción de las fábricas, sino también compensar a TSMC por los mayores costos asociados con la operación fuera de Taiwán.
Wei explicó en una reciente llamada de ganancias que cualquier solicitud de ubicación específica por parte de un cliente implicará un esfuerzo compartido para cubrir los costos adicionales, incluidos los impactos de la inflación y el incremento en los costos de energía. «Si mi cliente solicita estar en un área determinada, entonces definitivamente TSMC y el cliente tuvieron que compartir el costo incremental», afirmó Wei. Esta política busca no solo cubrir los gastos más elevados en el extranjero, sino también reflejar el valor de la «flexibilidad geográfica».
Esta decisión marca un cambio significativo en la política de la empresa, que antes se mostraba reacia a expandir su manufactura fuera de Asia por razones económicas. Los gobiernos de diversas naciones han incentivado a TSMC a descentralizar su producción como una estrategia para reducir la dependencia de las cadenas de suministro controladas por China, posicionando a Taiwán como un socio geopolítico crítico. Sin embargo, esta expansión viene con un costo premium que, según TSMC, deberá ser absorbido no solo por la propia empresa sino también por los gobiernos y clientes involucrados.
La estrategia de TSMC de imponer primas por la producción fuera de Taiwán refleja una nueva realidad en la industria tecnológica global: la seguridad y la diversificación geográfica tienen un precio. A medida que el entorno de globalización se vuelve más fragmentado y los costos de producción se incrementan, TSMC planea utilizar su liderazgo tecnológico y su escala de fabricación para gestionar y minimizar las diferencias de costos, asegurando al mismo tiempo el apoyo de los gobiernos locales y manteniendo su competitividad en el mercado global de semiconductores.