El proyecto OpenStack, una de las principales plataformas de computación en la nube de código abierto, dará un paso clave en su evolución al integrarse oficialmente en la Linux Foundation. La decisión, anunciada esta semana por la Fundación Open Infrastructure (OpenInfra), busca fortalecer la colaboración entre los grandes proyectos tecnológicos de código abierto, como Kubernetes y el propio sistema operativo Linux.
La integración se produce en un momento en el que OpenStack vive un renovado interés por parte de empresas y organismos públicos que buscan alternativas más flexibles y rentables frente a soluciones comerciales. Este auge viene impulsado, entre otras causas, por la reciente subida de precios de las licencias de VMware tras la adquisición por parte de Broadcom, así como por la creciente necesidad de maximizar el uso de recursos como las GPU para cargas de trabajo vinculadas a la Inteligencia Artificial. Además, las nuevas normativas sobre soberanía de datos están llevando a muchas organizaciones a trasladar aplicaciones desde nubes públicas a centros de datos propios, donde OpenStack emerge como una opción estratégica.
La comunidad de OpenInfra, que agrupa a más de 110.000 miembros, no solo trabaja en OpenStack, sino también en proyectos complementarios como Kata Containers, StarlingX y Zuul. La unión con la Linux Foundation permitirá reducir costes operativos, compartir recursos técnicos y potenciar sinergias, lo que según los expertos facilitará la adopción de arquitecturas más eficientes y seguras en sectores clave como telecomunicaciones, banca y administración pública.
«La integración en la Linux Foundation permitirá a OpenStack beneficiarse de un ecosistema más amplio, facilitando el intercambio de conocimiento y recursos técnicos entre proyectos líderes», señalan fuentes del sector.
Desde su lanzamiento hace 15 años, OpenStack ha mantenido una evolución constante, acumulando 31 actualizaciones y consolidándose como pilar en infraestructuras privadas y entornos híbridos. La plataforma ofrece herramientas avanzadas como Nova (para la gestión de máquinas virtuales), Neutron (para redes) y Cinder (para almacenamiento), convirtiéndose en una solución flexible para empresas que desean controlar sus entornos sin depender de proveedores externos.
La decisión de integrarse en la Linux Foundation se percibe como un movimiento estratégico que permitirá a OpenStack ganar visibilidad y sumar nuevos colaboradores. Para las empresas, representa la posibilidad de acceder a soluciones tecnológicas avanzadas con menor dependencia de licencias comerciales, en un momento en el que la eficiencia de costes es clave.
«El futuro de la infraestructura tecnológica es abierto, colaborativo y escalable», explican fuentes cercanas al proyecto. «La alianza entre OpenStack y la Linux Foundation refuerza esta visión, uniendo esfuerzos para ofrecer soluciones robustas que respondan a los retos actuales de computación, Inteligencia Artificial y gestión de datos».
Con este paso, OpenStack se sitúa en el centro de una red global de innovación que permitirá a empresas y organismos públicos disponer de plataformas abiertas, adaptables y seguras, capaces de soportar las crecientes exigencias de los entornos digitales del futuro.