Durante meses, la tensión se palpaba en el aire. Mientras el invierno avanzaba y las tropas rusas se acumulaban en la frontera con Ucrania, la compañía GSC Game World, conocida por sus populares videojuegos de temática postapocalíptica, preparaba un plan de emergencia. Un grupo de autobuses bien abastecidos y con conductores listos para actuar en cualquier momento aguardaban discretamente fuera de la sede de la empresa.
El 24 de febrero de 2022, a las cuatro de la madrugada, la realidad superó cualquier historia desarrollada en sus videojuegos. Las tropas rusas cruzaron la frontera, y GSC Game World activó su plan de relocalización, moviendo a sus empleados y sus familias a un pequeño pueblo cercano a la frontera ucraniana. Para este estudio de videojuegos, aquello no era un simple simulacro, sino una medida de supervivencia real.
“Ese primer día estuvo marcado por la incertidumbre y la confusión”, recuerda Mariia Grygorovych, directora creativa de GSC Game World. “La mayoría de la gente comenzó con llamadas desesperadas a sus familiares por todo el país. Pregúntales cómo se enteraron, y te lo contarán como si hubiera sido hace apenas diez minutos, grabado para siempre en la memoria”.
La jornada fue una de las más difíciles para muchos de los miembros del equipo. El pánico abierto no se manifestó, pero resultaba esencial mantener la claridad mental y la determinación a cada momento. Aunque el impacto emocional llegó después, cuando la evacuación ya estaba en marcha, el miedo y el peligro eran palpables.
Ahora, más de un año después de aquella madrugada fatídica, GSC Game World se encuentra en la recta final para completar S.T.A.L.K.E.R. 2: Heart of Chornobyl. Esta secuela tan esperada de una franquicia de PC reconocida, que ha vendido más de 15 millones de copias en todo el mundo, estaba inicialmente programada para lanzarse en 2022. Sin embargo, debido a los acontecimientos, el lanzamiento se ha reprogramado para el 20 de noviembre, y estará disponible para Windows 10/11, Steam, Xbox y Game Pass.
Para Mariia Grygorovych y el resto del equipo, la madrugada del 24 de febrero de 2022 quedará grabada como un antes y un después en sus vidas y en su carrera profesional. La experiencia vivida ha sido una lección de resiliencia y adaptación, valores que probablemente se reflejarán en los futuros proyectos del estudio.