La reciente actividad sísmica ha puesto en evidencia la necesidad urgente de sistemas de detección temprana más avanzados. Acorde a datos de Wikidata, solo este año han ocurrido 879 terremotos de magnitud 5 a 5,9 y 7.836 de magnitud 4 a 4,9. Ante tal situación, los avances tecnológicos apuntan hacia un inesperado aliado: la fibra óptica. Pero, ¿cómo se relacionan los centros de datos, esenciales para el funcionamiento de Internet y servicios digitales, con esta propuesta innovadora?
Detección a través de la fibra óptica
Más allá de ser la espina dorsal de nuestras comunicaciones, los cables de fibra óptica, distribuidos a lo largo y ancho del planeta, tienen la capacidad de detectar vibraciones en el suelo, como las producidas por un sismo. Estudios del Instituto de Tecnología de California (Caltech) han demostrado que estos cables no solo identifican los movimientos telúricos, sino que pueden interpretar su complejidad.
Usando la técnica de Detección Acústica Distribuida (DAS), los investigadores enviaron pulsos de luz láser a través de fibras ópticas para captar señales reflejadas por imperfecciones mínimas en el cable. Así, detectaron un terremoto de magnitud 6 y descubrieron que estaba formado por rupturas menores que las redes sísmicas tradicionales no pudieron observar.
Centros de datos: El nexo con la detección de terremotos
Los centros de datos, almacenes masivos de servidores y sistemas de almacenamiento, son esenciales en el procesamiento y gestión de la gran cantidad de información generada por estas técnicas de detección. Además de garantizar un servicio ininterrumpido de Internet, tienen la infraestructura necesaria para procesar, analizar y almacenar la inmensa cantidad de datos generados por la fibra óptica.
Sin embargo, un terremoto podría comprometer la operatividad de un centro de datos. Por ello, se propone que, además de procesar la información, estos centros estén preparados para resistir sismos, garantizando su funcionamiento incluso en zonas propensas a terremotos. La redundancia, tanto en términos de datos como de ubicación física, se vuelve esencial para garantizar la continuidad del servicio.
Hacia un futuro más seguro
La combinación de fibra óptica y centros de datos bien preparados podría ofrecer una doble solución: una detección temprana y eficiente de terremotos y la garantía de que la infraestructura crítica de comunicaciones permanezca operativa durante y después de un sismo.
Los desafíos son claros, desde la gestión de grandes volúmenes de datos hasta la construcción de centros de datos sísmicamente seguros. Sin embargo, la promesa de salvar vidas y minimizar daños mediante una alerta temprana y comunicación efectiva, podría ser el motor para superar estos obstáculos y llevarnos hacia un futuro más seguro y conectado.