En las últimas semanas, un post en Instagram ha capturado la atención de muchos usuarios al mencionar a una abuela cuestionando si debía invertir en inteligencia artificial (IA). Este comentario refleja la creciente presencia de la IA en nuestra sociedad, generando tanto temor como fascinación. En la actualidad, ejecutivos, gerentes de producto y miembros de juntas directivas enfrentan el desafío de decidir cuándo y cómo invertir en esta avanzada tecnología, así como de asegurar que dicha inversión proporcione un retorno significativo.
Con más de una década de experiencia en el desarrollo de productos de IA, como chatbots y recomendaciones personalizadas, se ha aprendido a diferenciar entre las soluciones que verdaderamente aportan valor y aquellas que simplemente representan un gasto innecesario. Es crucial saber cuándo es el momento adecuado para implementar IA y, lo que es más importante, cómo hacerlo de manera estratégica.
El primer paso en este proceso es definir claramente el problema que se busca solucionar. Es importante recordar que la IA no es un fin en sí mismo, sino una herramienta costosa. Por tanto, se deben establecer objetivos empresariales claros, determinar una manera de cuantificar el valor esperado y fijar un presupuesto realista adaptado al contexto específico de cada organización.
Una vez que se identifica el problema, el siguiente paso es evaluar el valor potencial que la IA puede ofrecer. En ocasiones, el retorno de inversión es directo y medible, como el incremento en ingresos gracias a una mejor segmentación publicitaria. En otros casos, el beneficio puede ser indirecto, pero igualmente significativo, como la mejora en la experiencia del cliente o el aumento de la eficiencia operativa.
Para llevar a cabo esta evaluación, se recomienda a las empresas identificar métricas clave, asignar puntuaciones de impacto y utilizar análisis predictivos o comparativos para estimar el crecimiento potencial. Un ejemplo de ello es el desarrollo de recomendaciones para Reels, donde se proyectó que un pequeño aumento en la tasa de conversión podría traducirse en millones de dólares adicionales.
Un planteamiento riguroso y honesto en la planificación de inversiones en IA es esencial para garantizar resultados positivos y evitar un desgaste financiero innecesario.
