El Chief Information Security Officer (CISO) se ha convertido en una figura crucial en el ámbito de la ciberseguridad empresarial, especialmente en un contexto donde el teletrabajo ha intensificado las amenazas cibernéticas. Según el último informe de ENISA, el 67% de las organizaciones sanitarias a nivel mundial experimentaron un ataque de ransomware en 2023, una cifra en aumento respecto al año anterior. Este aumento de riesgos ha impulsado la relevancia del CISO, un puesto ejecutivo encargado de orquestar la defensa de la información y los dispositivos corporativos.
Los CISOs no solo gestionan los riesgos tecnológicos y la respuesta a incidentes, sino que también supervisan la protección de la fuerza laboral remota y el análisis forense. Su rol abarca una amplia gama de responsabilidades, desde la definición de la estrategia de seguridad informática hasta la interacción directa con altos ejecutivos para mantenerlos informados sobre las tendencias cibernéticas y el retorno de la inversión en seguridad.
Con habilidades que van más allá de lo técnico, los CISOs deben poseer fuertes capacidades de comunicación y liderazgo, explicando conceptos complejos y asesorando a otros ejecutivos. Son, en muchos casos, el puente entre el equipo técnico y la gestión superior, facilitando decisiones informadas sobre la protección de los valiosos datos corporativos.
Dentro de sus funciones, los CISOs desarrollan e implementan sistemas seguros para mitigar ciberataques, realizan análisis de amenazas, diseñan planes de recuperación ante desastres, y educan a los empleados en las mejores prácticas de seguridad. Su trabajo también implica una constante actualización sobre las nuevas amenazas digitales y las regulaciones de seguridad, lo que requiere un aprendizaje continuo.
Para ser eficaces en su rol, los CISOs deben tener una sólida formación técnica con certificaciones relevantes como CISSP o CISM, y deben complementar estos conocimientos con habilidades interpersonales, como el pensamiento estratégico y la capacidad de trabajar bajo presión.
En resumen, el CISO es una pieza clave en la estructura de cualquier gran empresa, no solo como guardián de la seguridad, sino como estratega y líder que integra la ciberseguridad en la visión global de la organización. A medida que avanzamos en la era digital, la función del CISO se vuelve cada vez más indispensable para garantizar la seguridad y la resiliencia en un mundo tecnológicamente avanzado y en constante cambio.