Aunque el sistema DNS reina en internet, el vetusto archivo hosts sigue activo en nuestros sistemas operativos. Su historia, utilidad actual y razones para sobrevivir lo convierten en una reliquia funcional.
¿Sabía usted que su ordenador aún conserva un archivo de texto heredado de los días más primitivos de Internet? Aunque vivimos en plena era de la computación en la nube, los sistemas modernos —ya sea Windows, Linux o macOS— aún mantienen un fichero llamado hosts
, una suerte de guía telefónica de direcciones IP escrita a mano.
La existencia de este archivo es un legado directo de ARPANET, la red precursora de Internet desarrollada por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos. Antes de que existiera el sistema de nombres de dominio (DNS), todas las máquinas conectadas a la red compartían un fichero común llamado HOSTS.TXT
, que asociaba nombres de hosts (como «UCLA» o «MIT») con direcciones IP numéricas.
Una guía telefónica de los años 70
En la década de 1970, cada equipo debía descargar de forma periódica el HOSTS.TXT
desde un servidor central gestionado por el Stanford Research Institute (SRI). El proceso era manual: si una universidad añadía un nuevo ordenador, debía notificarlo al SRI para que lo incluyera en el fichero. Luego, cada nodo de ARPANET tenía que actualizar su copia local.
En una red de apenas unas decenas de máquinas, el sistema funcionaba. Pero a medida que creció el número de nodos y organizaciones, el modelo centralizado se volvió insostenible. Los conflictos de nombres se multiplicaban, las actualizaciones tardaban y el sistema se volvía frágil.
El nacimiento del DNS
En 1983, el ingeniero Paul Mockapetris propuso el Domain Name System (DNS), una solución jerárquica y distribuida para traducir nombres de dominio como example.com
en direcciones IP. Con su implementación, la dependencia de un único archivo desapareció, reemplazada por una infraestructura dinámica, escalable y automatizada.
Sin embargo, el fichero hosts
no fue eliminado. Sigue presente como mecanismo auxiliar y local, útil para muchos profesionales del sector tecnológico.
¿Por qué sigue existiendo el archivo hosts?
A día de hoy, tanto en sistemas Windows (C:\Windows\System32\drivers\etc\hosts
) como en Unix y Linux (/etc/hosts
), el fichero hosts
es utilizado por el sistema operativo antes de realizar una consulta DNS externa.
Algunos de sus usos actuales incluyen:
- Desarrollo web local: permite simular que un dominio apunta a una dirección IP interna o específica sin modificar configuraciones DNS públicas.
- Bloqueo de dominios: redirigiendo direcciones no deseadas (como servidores de anuncios o malware) al
127.0.0.1
, impidiendo que carguen. - Diagnóstico de red: útil para descartar problemas de resolución DNS.
- Asignación de nombres en redes locales: permite que múltiples dispositivos en una LAN se reconozcan mediante nombres personalizados.
Para modificar el archivo hosts
, los usuarios necesitan privilegios administrativos, como ejecutar sudo nano /etc/hosts
en Linux o abrir el Bloc de notas como administrador en Windows.
Un fósil que sigue evolucionando
El archivo hosts
es, en esencia, una pieza viva de la historia de Internet. A pesar de que el DNS resolvió la mayoría de los desafíos de escalabilidad, la flexibilidad y control que ofrece hosts
sigue siendo valiosa para programadores, administradores de sistemas y entusiastas de la red.
En una época marcada por arquitecturas distribuidas, servidores en la nube y resoluciones automáticas, es notable que un archivo plano de texto nacido en los años 70 siga teniendo utilidad práctica en 2025. No solo es un recordatorio de nuestros orígenes digitales, sino una herramienta más en el arsenal del usuario avanzado.
Porque a veces, lo más simple y antiguo, sigue siendo lo más efectivo.