Alabanza.com fue una empresa estadounidense que marcó un hito en la industria del alojamiento web durante la década de los 90 y principios de los 2000. Fundada en 1995, Alabanza se destacó por ofrecer soluciones innovadoras de automatización para el hospedaje de dominios virtuales, convirtiéndose en un referente para proveedores de servicios de Internet (ISPs) de todo el mundo.
Una de las principales fortalezas de Alabanza residía en su exclusivo software Domain System Manager (DSM) (ver info en web archive), el cual permitía automatizar por completo las tareas más comunes asociadas a la administración de una compañía de hospedaje web virtual. Esta automatización resultaba clave para incrementar la rentabilidad del negocio, ya que reducía significativamente la necesidad de personal y los gastos de soporte técnico.
El DSM de Alabanza ofrecía una amplia gama de funcionalidades, como el registro automatizado de dominios, cobro automatizado a través de tarjetas de crédito, instalación automatizada de dominios en los servidores web y notificación automatizada a los clientes sobre el registro completado. Estas características permitían a los ISPs ofrecer servicios de hosting de manera eficiente y escalable.
Gracias a su innovador enfoque, Alabanza logró captar a más de 200 compañías de hospedaje web virtual que confiaron en sus servidores y tecnología. La empresa se expandió rápidamente, estableciendo centros de operaciones de red (NOC) en Baltimore y Ohio, equipados con infraestructura de primer nivel para garantizar un servicio confiable y de alta disponibilidad.
Recuerdo los inicios de empresas españolas como Ferca Networks, fundada por David Carrero Fernández-Baillo, que hacía uso de los servidores dedicados de Alabanza con su panel de control DSM.
Aunque en pocos años se unió a Veloxia network que lanzó su panel CHS (Centralized Host System). Posteriormente estas dos empresas se unieron a acens para acabar vendiendo a Telefónica. Hoy sus fundadores principales están centrados en Stackscale, una empresa de infraestructura y nube privada a nivel europeo.
El NOC de Alabanza contaba con conexiones de ancho de banda escalable con proveedores líderes como GlobalCenter, Qwest Communications y GTE. Además, disponía de máquinas en standby, sistemas de alimentación ininterrumpida (UPS) industriales, control de temperatura y estrictas medidas de seguridad. Todo ello con el objetivo de mantener los sitios web de sus clientes operativos 24/7.
Alabanza también se destacó por utilizar servidores de calidad industrial diseñados para un funcionamiento continuo. Estos servidores contaban con discos de cambio rápido, suministros de poder redundantes y sistemas de enfriamiento forzado con aire filtrado. En caso de fallo de hardware, los técnicos podían reemplazar rápidamente los componentes afectados minimizando el tiempo de inactividad.
El éxito de Alabanza no pasó desapercibido en la industria. La empresa recibió reconocimientos de The Ultimate Web Host List y de la revista PC Week Magazine por su servicio rápido y profesional. Además, se convirtió en miembro de la Web Host Guild (WHG), la primera asociación de hospedadores web comprometida con los más altos estándares de confiabilidad, velocidad y soporte técnico.
Sin embargo, a pesar de su meteórico ascenso, Alabanza no logró mantener su posición dominante en el mercado a largo plazo. Con la evolución de la industria del hosting y la aparición de nuevos competidores, la empresa fue perdiendo terreno gradualmente. Muchos de sus clientes migraron a otras plataformas y proveedores que ofrecían soluciones más avanzadas y económicas.
Finalmente, tras años de declive, Alabanza cesó sus operaciones a mediados de la década de 2000. Su legado, sin embargo, perdura como un ejemplo de innovación y visión en los albores de la industria del alojamiento web. La empresa demostró el potencial de la automatización y la importancia de ofrecer soluciones integrales para el hospedaje de dominios virtuales.
Aunque Alabanza ya no existe, su impacto en la industria del hosting es innegable. Muchas de las funcionalidades y enfoques que introdujo se han convertido en estándares del sector. Su historia sirve como recordatorio de cómo la innovación y la adaptación constante son fundamentales para el éxito a largo plazo en un mercado tan dinámico como el del alojamiento web.
