
“10.68” no es magia: así funcionan las direcciones IPv4 abreviadas (y por qué un sysadmin debería tratarlas con respeto)
Quien administre Linux desde hace tiempo se ha topado con el truco: escribir 10.68 y llegar a 10.0.0.68, o teclear 10.20.2 y alcanzar 10.20.0.2. En un laboratorio ahorra pulsaciones; en producción puede convertirse en un dolor de cabeza. Este medio explica por qué funciona, dónde funciona, dónde dejará de funcionar y cómo gestionarlo de forma responsable en entornos Linux modernos.